Durante su primer día de labores trabajó arduamente
y como resultado, taló muchos árboles.
El segundo día, trabajó tanto como el primero, pero
su producción, fue escasamente la mitad del primer día.
Durante el tercer día, se propuso mejorar su
producción. Golpeó con furia el hacha contra los árboles, pero sus resultados
fueron nulos.
El capataz, al ver los resultados del joven
leñador, le preguntó: " ¿Cuándo fue la última vez que afilaste tu
hacha?" El joven respondió: "realmente no he tenido tiempo de
hacerlo, he estado demasiado ocupado cortando árboles". A muchos nos
sucede los mismo, día con día.
Es conveniente darnos tiempo para afilar nuestras
habilidades, destrezas y conocimientos, manteniéndolas al día, y actualizándonos
constantemente mediante la capacitación. Recordemos que las destrezas y
habilidades que usamos ayer,... quizá no sean suficientes para el día de
mañana.
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