Si algún dia lees este poema,
sabrás que fue escrito para ti...
¿Te acuerdas? ¡éramos adolescentes todavía!
sin embargo... yo con delirio te quería...
pero tu desoiste mis... TE QUIERO..
y en pos de riquezas te lanzaste
y mis cuitas de amor abandonaste
por alguien con nombre... y con dinero.
Pobre del mercader que te encontrara
y del amor que encontró quien lo comprara...
Hoy cuando recuerdo aquel desprecio
y al pensar en tí...pienso... que quizás
si hubieras eperado un poco más
hubieras conseguido mejor precio.
Pues ya ves como aqellos sueños de grandeza
que tanto atormentaron tu cabeza
el tiempo destruyó tu fantasía...
y te trajo otra vez al punto de la nada
donde quizás un poco atormentada
recuerdes con nostalgia aquellos dias.
Pobre de aquellas... tus ilusiones vanas...
de felices ayeres y de amargos mañanas
porque un viento furioso azotó tu velero
y lo empujó con saña a un puerto escondido
donde aquel ricacho con nombre y dinero
hoy es un guiñapo que arrastras contigo.
Paga..paga tu infamia...traidora...
que a todo pecador le llega su hora
sigue revolcándote en la charca mugrienta
que el oro heredado dejó en tu existencia
y deja que te hable tu propia conciencia
a ver que te dice... y a ver que te cuenta.
sabrás que fue escrito para ti...
¿Te acuerdas? ¡éramos adolescentes todavía!
sin embargo... yo con delirio te quería...
pero tu desoiste mis... TE QUIERO..
y en pos de riquezas te lanzaste
y mis cuitas de amor abandonaste
por alguien con nombre... y con dinero.
Pobre del mercader que te encontrara
y del amor que encontró quien lo comprara...
Hoy cuando recuerdo aquel desprecio
y al pensar en tí...pienso... que quizás
si hubieras eperado un poco más
hubieras conseguido mejor precio.
Pues ya ves como aqellos sueños de grandeza
que tanto atormentaron tu cabeza
el tiempo destruyó tu fantasía...
y te trajo otra vez al punto de la nada
donde quizás un poco atormentada
recuerdes con nostalgia aquellos dias.
Pobre de aquellas... tus ilusiones vanas...
de felices ayeres y de amargos mañanas
porque un viento furioso azotó tu velero
y lo empujó con saña a un puerto escondido
donde aquel ricacho con nombre y dinero
hoy es un guiñapo que arrastras contigo.
Paga..paga tu infamia...traidora...
que a todo pecador le llega su hora
sigue revolcándote en la charca mugrienta
que el oro heredado dejó en tu existencia
y deja que te hable tu propia conciencia
a ver que te dice... y a ver que te cuenta.
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