miércoles, 29 de junio de 2016

Como ser de Dios

Escuchar

Desde que tenemos uso de razón, escuchamos hablar de Dios, de Jesús, de su vida, de su ministerio y de todo lo que represento para toda la humanidad. Nos relatan textos bíblicos que nos dicen muchas verdades; generalmente las escuchamos pero muy pocas le damos mayor importancia, muchas veces nos entran por un oído y nos salen por el otro. Cuando esto sucede debemos ser muy cuidadosos, ya que si alguien se nos acerca para hablarnos de Él, es porque el mismo Dios lo ha enviado para que conozcamos personalmente la obra que hizo a través de Jesús.

Ahora depende de cada uno de nosotros no solo Escuchar, sino prestar atención y reflexionar, ya que si lo hacemos empezaremos a comprender cuál es el propósito de Dios para cada uno de nosotros.

Creer

Todos creemos en Dios, incluyendo los que dicen llamarse ateos ya que en una situación de vida o muerte, clamarían a Dios fervientemente por sus vidas.

Esta muy bien creer, pero no es suficiente, ya lo dijo Santiago 2:19 «¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan»

San Pablo nos dice: «Así que las personas llegan a confiar en Dios cuando oyen el mensaje acerca de Jesucristo» Romanos 10:17
Si escuchamos la palabra de Dios y la guardamos en nuestro corazón, comenzaremos a tener Fe.

Fe

Sabes el significado de esta palabra: «Creer en algo que no se ve». Ejemplo: El aire, no se puede ver, no se puede tocar, no tiene color, sin embargo es tan real que sin él no podríamos vivir un solo segundo. Podemos escuchar sonidos, voces, pero no verlas.

Confiar

Significa tener la seguridad que todo aquello que está escrito en la Palabra de Dios «La Biblia» es absolutamente real.
Cuando llegamos a entender estos cuatro puntos, tenemos la certeza que Dios existe y está vivo. Cuando todo esto sucede, nos damos cuenta que Su único propósito es: perdonar todos nuestros errores, y ser parte de nuestra vida «habitar en nuestros corazones» Si se lo permitimos, Dios transforma nuestras vidas y nos hará nuevas personas.

Confesión

Si hasta aquí estas convencido que Dios puede hacer algo muy especial en tu vida, debes confesar ante Su presencia, tus errores, sean de la magnitud y gravedad que hayan sido, porque Él es justo y te perdonará y limpiará de todo mal. «Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y Crees en tu corazón que Dios lo levanto de entre los muertos, serás salvo» Romanos 10:9

Relación personal

Para llegar a tener una relación personal con Jesús, debes no solo creer, sino incorporarlo a tu vida, para que a partir de ese momento el no este solamente en tu mente como una creencia, un mito o una cábala… sino en tu corazón como una realidad, ¡¡Cristo unido a tu persona!!
Él actuará como un medicamento para aliviar tus dolores del alma y cicatrizar las heridas que tengas en tu corazón.

Jesús, te dice: «Yo estoy a tu puerta y llamo; si oyes mi voz y me abres, entraré en tu casa y cenaré contigo» Apocalipsis 3:20

Si deseas abrir la puerta de tú corazón a Jesús, puedes hacerlo de esta manera:
«Señor Jesús, perdóname por no haberte tenido en cuenta, perdóname por todos los errores que he cometido, por no querer escucharte ni obedecerte. Hoy me doy cuenta de lo mucho que te necesito, por eso te abro la puerta de mi corazón y te pido que entres en mi vida y me enseñes a vivir de acuerdo a tus principios»

El Campesino y la Roca

La historia cuenta que un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino y luego se escondió para ver si alguien la quitaba.


Algunos de los comerciantes y cortesanos más adinerados del reino pasaron por allí y simplemente rodearon la roca sin intentar moverla.


Muchos culparon al rey de no mantener los caminos despejados, pero ninguno intento moverla.

Cierto día, pasó por allí un campesino con su carreta cargada de verduras, al aproximarse y ver la roca, bajó la carga que traía y con su carro y los caballos trato de moverla hacia un lado del camino. Después de mucho trabajo logró moverla y despejar el camino.


Mientras recogía su carga de vegetales, notó que en el lugar donde estaba la roca había una bolsa que contenía una gran cantidad de monedas de oro y una nota del Rey que decía: Las monedas de oro son para

la persona, que logre mover la piedra del camino.


El obstáculo que para muchos era un impedimento para seguir adelante, para el campesino solo fue una oportunidad de demostrar que nada puede entorpecer el camino de nuestra vida. Con sabiduría y coraje hizo lo que otros jamás hubieran hecho.


“En el transitar por esta nos encontramos con muchos obstáculos, si los enfrentamos con una actitud correcta y no tratamos simplemente de evitarlos, aprenderemos a ser sabios y valientes, y a su tiempo recibiremos el premio oportuno, como le ocurrió al campesino”

Examen para una nueva vida

Una serie de pérdidas traumáticas me había alejado de Dios. Sola, sin trabajo ni sustento. Sin esperanza alguna, intenté quitarme la vida. Recobré el conocimiento en un hospital, donde pasé los siguientes días recuperándome.

Llegó el día de San Valentín. El primero que pasaba sin mi marido. Sentada sola en una sala del hospital, derramé las últimas lágrimas que me quedaban. Pasaron un hombre y una mujer. Se detuvieron y oí que él decía: Espérame un momento. Se acercó, sacó un pañuelo, secó mi rostro bañado en lágrimas y me dio un beso en la mejilla.

Era un paciente al que había conocido la noche anterior. Pero, ¿cómo podía darme un beso alguien que me había visto una sola vez? Era evidente que no tenía malas intenciones, ya que estaba acompañado por su esposa. ¿Qué lo impulsó a besarme? ¿Qué había hecho yo para merecer semejante gesto?

Pasaron unos minutos y pensé: Me han hecho un estupendo regalo, el de la esperanza, y tengo que repartirlo entre los demás. Con esa reflexión, di el primer y pequeño paso para salir del profundo abismo en el que había caído.

Pocos días después, me dieron de alta. Miré lo que quedaba de mis ahorros: apenas unas monedas. En la cocina no tenía más que una caja de polenta y una lata de salsa de tomate. Pensé: Como en los próximos días no comeré otra cosa que polenta con salsa de tomate, será mejor que la prepare toda de una sola vez. Terminé de cocinar y me disponía a sentarme para comer, cuando sonó el timbre de la puerta. Al abrir, me encontré con una joven que parecía a punto de morir de hambre. La acompañaba una niña de cinco o seis años en las mismas condiciones. La muchacha dijo que era refugiada y no encontraba trabajo.

Me preguntó si tenía unas monedas que pudiera darle. Recordé que me quedaban unas pocas. ¿De qué podrían servirle?  Unas monedas es todo lo que me queda, respondí. Yo también estoy padeciendo necesidades. Acabo de preparar polenta con salsa de tomate. ¿Quieren pasar y acompañarme?

Madre e hija aceptaron con timidez. Comimos las tres, lo que pensaba iba a ser la comida de varios días, sólo duró un momento. Recordé que me habían regalado una barra de chocolate, que había guardado para momentos de suma necesidad. Se la regalé a la niña, que me agradeció con un abrazo que jamás olvidaré. Me enteré que vivían cerca, así que las invité a volver. Les expliqué que no podía prometerles una mesa abundante de comida, pero compartiríamos lo que tuviera en el momento. Desde entonces no las he vuelto a ver.

Unos días después, vi en el periódico un anuncio en el  que  ofrecía un empleo. Aunque no reunía los requisitos, ni tenía experiencia, me presenté. Unos minutos después de iniciada la entrevista me hicieron la pregunta más importante de mi vida “¿Le parece bien empezar mañana?” Antes de que pudiera responder, un pensamiento vino a mi mente: ¿Fueron aquellas dos desconocidas mi prueba laboral? Sentí en mi corazón que no sólo había estado en una entrevista de trabajo, sino que había aprobado un examen.

Dios me había demostrado que me amaba, al poner en mi camino a ese hombre que me dio el ánimo que necesitaba en el momento que más lo necesitaba, y luego enviarme a una madre con su hija para ver si era coherente con mi promesa de transmitir amor y esperanza. Cuando lo hice, Dios me bendijo con lo que más necesitaba, un trabajo.

Hoy en día Erica es muy feliz con su trabajo de periodista y comparte con mucho gozo el amor de Dios. Pero además, en su tiempo libre, se viste de payaso y actúa para los niños internados en el hospital. Su labor es impactante y en una entrevista comentó: Me llena de felicidad ver que los niños enfermos, separados de su familia y lejos de su casa, se llenan de ánimo a pesar del sufrimiento y la soledad. Y no cuesta tanto, basta con estar dispuesto a ponerse una nariz roja de payaso y cantar una o dos canciones para ver que esos niños, como sienten y reciben el amor de Dios. 

Un día me volví invisible

No sé qué día es hoy, en esta casa no hay calendarios y en mi memoria los hechos, están todos confusos. Me acuerdo de aquellos grandes almanaques, ilustrados con las imágenes de los santos que colgábamos al lado del tocador. Ya no hay nada de eso, todas las cosas han ido desapareciendo, y yo también me voy borrando sin que nadie se dé cuenta.

Primero, como la familia aumentó de número, me cambiaron de cuarto; después me pasaron a otra habitación más pequeña que compartía con una de mis bisnietas y ahora ocupo el cuarto de los trastos, el que está en el patio de atrás, ese cuarto al que van a parar todas aquellas cosas que ya no se usan. Dijeron que cambiarían el vidrio roto de la ventana, pero se les olvidó y todas las noches por allí se cuela un airecito helado que no le va nada bien a mis dolores reumáticos.

Desde hace tiempo tengo intenciones de escribir, pero me ha sido imposible; me he pasado semanas buscando un lápiz y cuando al fin lo encontré, lo dejé en algún lugar seguro para poder encontrarlo fácilmente, pero me he olvidado dónde lo puse y es que a mis años las cosas se pierden con demasiada facilidad.

La otra tarde me di cuenta que mi voz también había desaparecido. Lo supe porque cuando le hablo a mis nietos o a mis hijos no me contestan, todos hablan sin mirarme, como si yo no estuviera con ellos escuchando lo que dicen. A veces he intervenido en la conversación, segura de que lo que voy a decir no se le ha ocurrido a ninguno y les va a servir de mucho mi consejo. Pero no me oyen, no me miran, ni me responden…

¿Qué puedo hacer en estas situaciones? No lo sé, yo con una gran tristeza, me retiro a mi cuarto y allí termino de tomar mi taza de café, o lo que estaba haciendo.

Lo hago así para que comprendan que estoy enojada, para que se den cuenta que me han ofendido, y vengan a buscarme y me pidan perdón… pero de momento no ha venido nadie.

El otro día les dije que cuando me muera entonces sí me iban a extrañar, y el nieto más pequeño me preguntó: ¿Abuela, tú todavía estás viva? Les causó tanta gracia que no paraban de reír.
Pero yo estuve tres días llorando en mi cuarto, hasta que una mañana entró uno de los muchachos a sacar unas llantas viejas para la bicicleta y ni los buenos días me dio. Fue entonces cuando me convencí de que soy una persona invisible. Me sitúo en medio de la sala para ver si molestando me ven o me dicen algo, pero mi hija me mira y sigue barriendo sin tocarme, y mis nietos pasan corriendo de un lado a otro sin tropezar conmigo.

Cuando mi yerno se enfermó, tuve la oportunidad de serle útil, le llevé un té especial, que yo misma preparé, se lo puse en la mesita y me senté a esperar que se lo tomara. Él estaba mirando la televisión y ni con un simple parpadeo me dejó entender que se daba cuenta de mi presencia. El té se fue enfriando poco a poco… mi corazón también.

Un viernes se alborotaron los niños y me vinieron a decir que al día siguiente nos iríamos todos al campo, me puse muy contenta, hacía tanto tiempo que no salía, y menos al campo.
El sábado fui la primera en levantarme, quise arreglar las cosas con calma, los viejos tardamos mucho en hacer cualquier cosa, así que me tomé mi tiempo para estar lista a la hora de la salida. Ellos entraban y salían de la casa corriendo, colocando bolsas y juguetes en el auto.

Yo ya estaba lista hacía rato y muy feliz me puse a un lado esperando que terminaran los preparativos del viaje. Cuando arrancaron y el auto desapareció envuelto en risas y cantos, comprendí que yo no estaba invitada; tal vez porque no cabía en el auto o porque mis pasos tan lentos impedirían que todos los demás corretearan a su gusto por el bosque.

Sentí cómo mi corazón se encogía, la barbilla me temblaba como cuando uno ya no aguanta más las ganas de llorar. Vivo con mi familia y cada día me hago más vieja, pero curiosamente, parece que ya no cumplo años, porque nadie me felicita, ni lo celebramos, todos están tan ocupados… Yo los entiendo, ellos sí hacen cosas importantes: ríen, gritan, sueñan, lloran, se abrazan y se besan.
Ya no sé a qué saben los besos. Antes besuqueaba a los chiquitos, era un gusto enorme el que me daba tenerlos entre mis brazos como si fueran míos, sentía su suave y tierna piel y su cálida respiración muy cerca de mí, sus vidas tan nuevecitas se me metían en el corazón como un soplo de brisa fresca y hasta me daba por cantar canciones de cuna que nunca creí recordar… Pero un día mi nieta Laura que acababa de tener un bebé, me dijo que no era bueno que los ancianos besaran a los niños por cuestión de salud; entonces ya no me acerqué más a los niños, por temor a que les pasara algo a causa de mis imprudencias. Tengo miedo de contagiarles algo terrible.

A pesar de todo yo los bendigo y los perdono, porque ¿Qué culpa tienen ellos de que yo me haya vuelto tan poco útil?
Este relato es crudo, pero real. Muchos de nosotros no toleramos la actitud de los ancianos, aunque ellos tuvieron toda la paciencia del mundo, para criarnos, educarnos y ayudarnos a ser lo que somos. Ellos pusieron toda la atención a nuestras primeras palabras, eran incomprensibles, ni sabíamos lo que decíamos… y hoy no los escuchamos porque dicen tonterías.

Recordemos que la vida es como un eco que te devolverá lo que tú le ofreces.
Amar, cuidar, respetar a los ancianos y no hacerlos sentir invisibles, no solo es un acto de amor, es un acto de justicia.

«Si permites que tus hijos traten a sus abuelos como en esta historia, ya sabes cómo te tratarán cuando tu seas mayor»

Quiero volver a confiar

Fuimos criados con principios morales comunes, cuando éramos niños, madres, padres,
profesores, abuelos, tíos y vecinos. Eran autoridades dignas de respeto y consideración.
Era inimaginable responder o tratar sin mostrar respeto a los más ancianos, a maestros o
autoridades… Era una falta de educación.

Confiábamos en los adultos porque todos eran padres, madres o familiares de todos los
chicos vecinos del barrio. Solo teníamos miedo de la oscuridad, de los sapos, ratones, o
películas de terror.

Hoy tengo una tristeza infinita por todo lo que hemos perdido. Por todo lo que mis nietos
un día temerán. Por el miedo que percibo en la mirada de los niños, jóvenes, viejos y adultos.
¿Pagar las deudas es ser tonto?…

¿Amnistía para los estafadores?…
¿Los honestos son ridículos?…
¿No aprovecharse de la situación es ser necio?
¿Qué pasó con nosotros…? Profesores maltratados en las aulas, comerciantes amenazados por traficantes, los corruptos pavoneándose de su poder, rejas en nuestras ventanas y puertas.
Cada uno encerrado en su mundo. Hijos exigiendo regalos o dinero por pasar de curso.
¿Dónde están los valores, la moral y la ética? ¿Qué tenemos que dar para recibir un abrazo?
¿Desde cuándo a lo correcto se lo considera ridículo?

Más vale un auto caro que una amistad auténtica. Es más importante una televisión de pantalla gigante que una conversación entre amigos o familiares. Más vale un traje de Armani que un diploma. En definitiva, vale más parecer, que ser…

Ya estoy harto de vivir asustado y encerrado por temor.
¡Quiero sacar las rejas de mi ventana para poder tocar las flores!
¡Quiero sentarme en la vereda y poder tener la puerta abierta en las noches de verano!
¡Quiero que la honestidad vuelva a ser motivo de orgullo!
¡Quiero que se vuelva a poner de moda la rectitud de carácter, la cara limpia y la mirada
a los ojos!

¡Quiero esperanza, alegría, confianza y fe!
¡Quiero que nos avergoncemos de lo que está mal y seamos solidarios!
¡Quiero volver a enorgullecerme de nuestros líderes políticos, sindicales y religiosos!
¡Quiero que la palabra de honor dada por un hombre, vuelva a ser sinónimo de juramento!
¡Quiero ser y no simplemente tener y hacer!

¡Quiero recuperar la verdadera vida, simple como la lluvia, limpia como el cielo de abril,
refrescante como la suave brisa de la mañana!
¡Y definitivamente lo quiero para tí, tanto como para mí!
Sueño con un mundo sencillo para todos. Un mundo que tenga el amor, la caridad, la solidaridad,
el respeto, el perdón…como valores incuestionables. No puedo tolerar ciertas
cosas; la corrupción, la falta de ética, de moral, de respeto… me indignan.

Volvamos a ser los protagonistas de nuestra propia vida y a recuperar el tesoro que hemos
ido perdiendo poco a poco durante todos estos años. Es la única manera de construir un
mundo mejor, más justo, donde las personas se respeten, dejemos de estar crispados, de
abusar unos de otros y podamos tener verdadera paz en nuestro corazón.

¿Utopía?… es posible, pero por lo menos, hagamos el intento. Nuestros hijos se lo merecen
y nuestros nietos nos lo agradecerán.
«Comparte este mensaje con tu familia y amigos, tal vez ellos tengan el deseo de encontrar el
tesoro perdido»

El perdón

Como de costumbre el tren hacia su recorrido, pero esta vez fue testigo de una historia cargada de una gran emoción.

En él viajaba un joven que tenía su rostro entre las manos. Cuando se dejaba ver, se percibían las huellas de tristeza, dolor y preocupación.

Un señor mayor que estaba sentado frente a él, le pregunto cuál era el motivo de su turbación. El joven comenzó a relatarle su historia: – "En mi adolescencia, no repare en los consejos de mi madre y en una de mis andanzas, maté a una persona. Fui juzgado y condenado a diez años de prisión, cumplí la sentencia en una cárcel lejos de mi casa. Nadie me visito, ni me escribió durante ese tiempo y todas las cartas que envié no tuvieron respuestas.

Unos meses atrás, cuando supe que me iban a liberar le escribí a mi madre una carta pidiéndole perdón por no haber tenido en cuenta sus consejos, y le comuniqué que en pocos meses saldría en libertad, que deseaba regresar a casa, además quería saber si ella me perdonaría.

Continuó diciendo: - No sé si me estarás esperando, pero si lo vas hacer te pido que me des una señal. ¿Te acuerdas del naranjo que está en la estación de trenes? Si me has perdonado y aceptas que regrese a casa, pon una cinta amarilla en ese árbol, cuando esté llegando, si la veo, me bajaré, de lo contrario seguiré de largo.

Mientras tanto el tren se acercaba a la estación en la que debería bajar. El joven con mucho temor le pidió a su compañero de viaje, que mirara por él, mientras se tapaba su rostro.

El tren comenzó a disminuir su marcha, cuando de repente, el señor que estaba mirando por la ventanilla, gritó lleno de alegría: – ¡Mira, mira…! Alzando los ojos surcados por las lágrimas, el joven no podía creer lo que estaba viendo, contempló el espectáculo más hermoso que podían ver sus ojos. El naranjo no tenía una cinta amarilla, tenía cientos y no solo eso, todos los árboles del pueblo estaban colmados de cintas amarillas. No solo su madre, sino sus amigos y conocidos le querían demostrar que lo habían perdonado. Cientos de personas le dieron una cariñosa bienvenida.

Quiero que sepas que hay una persona llamada Jesús, que como la madre y los amigos del joven de la historia, puede perdonarte hasta el acto más aberrante que hayas cometido. Muchas veces escuchamos decir a las personas, «No tiene perdón de Dios» Sí… claro que lo tiene. Hasta el personaje más siniestro que el mundo haya conocido puede alcanzar el perdón de Dios. ¡Quita esta mentira de tu mente, solo debes arrepentirte y recibirás Su misericordia!
Te parecerá extraño, pero así es el Señor. ¿Sabes por qué? Porque Él es amor, y nos ama a pesar de lo miserable que podemos ser. Su misericordia… es infinita…

«El joven de la historia tenía miedo de no ser perdonado, por eso pidió una señal. Cuando pidas perdón a Dios, jamás tengas temor, antes de que tú se lo pidas, todos los árboles del cielo, ya están repletos de cintas amarillas»

TRES COSAS IMPORTANTES EN LA VIDA

Hay Tres cosas en la vida que una vez que pasan, nunca regresan:
El  Tiempo.
Las  Palabras.
Las  Oportunidades
Hay Tres cosas en la Vida que pueden destruir a una persona:
El  Enojo
El  Orgullo
No  Perdonar


Hay Tres cosas en la vida que usted nunca debe perder:
La Paz.
La Honestidad
La Esperanza

Hay Tres cosas en la vida de mayor valor:


El Amor
La Bondad
La Familia y los Amigos


Hay Tres cosas en la vida que no son seguras:
El Éxito

La Fortuna.
Los Sueños.

Hay tres cosas en la  vida que forman a una persona:
La Sinceridad.
El Compromiso.
El Trabajo Duro.


Hay tres Divinas  Personas que son verdaderamente constantes:
EL PADRE
EL HIJO
EL ESPÍRITU SANTO


Le pido a DIOS que te bendiga, te guíe y te proteja a través de tu camino..
El amor de DIOS siempre estará contigo, Sus promesas son verdaderas..
Cuando le entregues a DIOS tus preocupaciones, Él te estará mirando y te llevará hacia adelante..!!

Reflexión: Perder es Ganar

Perdí mis privilegios y fantasías de niño, pero….Pero gané la oportunidad de crecer y vivir libremente.

Perdí a mucha gente que quise y que amo todavía…..Pero gané el cariño y el ejemplo de sus vidas

Perdí momentos únicos en la vida porque lloraba en vez
de sonreír …Pero descubrí que es sembrando amor como se cosecha amor.

Yo perdí muchas veces y muchas cosas  en mi vida……. Pero junto a ese “perder” hoy intento el valor de “ganar” … Porque siempre es posible luchar por lo que amamos, y porque siempre hay tiempo para empezar de nuevo.

No importa en que momento te cansaste.   Lo que importa es que siempre es importante y necesario recomenzar…..Recomenzar es darse una nueva oportunidad, es renovar las esperanzas en la vida y lo mas importante….Creer en ti mismo.

Sufriste mucho en este período??….Fue aprendizaje.
Lloraste mucho??…Fue limpieza del alma.

Sentiste rencor??…. Fue para aprender a perdonar.
Estuviste solitario en algún momento??….Fue porque cerraste la puerta.
Te sientes solo??….Mira alrededor y encontraras mucha gente esperando tu sonrisa para acercarse mas a ti.

Hoy es un excelente día para comenzar un nuevo proyecto de vida. Mira alto, sueña alto,  anhela lo mejor de lo mejor, anhela todo lo bueno, que la vida nos trae lo que anhelamos.

Si pensamos pequeño, lo pequeño nos vendrá.   Si  pensamos firmemente en lo mejor, en positivo y luchamos para alcanzarlo, va a venir a nuestra vida.

Arroja lo malo a la basura, limpia tu corazón y haz que estés listo para una nueva vida, para un nuevo amor,  porque además somos la manifestación del amor.

En la Vida Nada, Sucede porque Si

En la Vida Nada, Sucede porque Si

Un día, un muchacho pobre que vendía mercadería de puerta en puerta para pagar sus estudios, vio que solo le quedaba una simple moneda de diez centavos y tenía hambre.

Decidió que pediría comida en la próxima casa. Sin embargo, los nervios lo traicionaron cuando una encantadora joven le abrió la puerta.

En vez de comida, le pidió un vaso de agua. Ella pensó que el joven tendría hambre y le dio un gran vaso de leche. El bebió despacito y después le preguntó: -Cuánto le debo? -No me debes nada – respondió ella.

Y continuó: – Mi madre nos enseñó a no aceptar pago por una caridad. El dijo: -Pues te agradezco de todo corazón.

Cuando Howard Kelly salió de aquella casa, no sólo se sintió más fuerte físicamente, sino que también su fe en Dios y en los hombres fue más fuerte.
El ya estaba resignado a rendirse y dejar todo.

Años después, esa joven mujer se enfermó gravemente. Los médicos de su pueblo estaban confundidos.

Finalmente la enviaron a la ciudad más cercana, donde llamaron a un especialista para estudiar su extraña enfermedad. Llamaron al Dr.Howard Kelly.
Cuando escuchó el nombre del pueblo de donde era ella, una extraña luz llenó sus ojos.

Inmediatamente, vestido con su bata de médico, fue a ver a la paciente. Reconoció inmediatamente a aquella mujer. Se determinó hacer lo mejor para salvar aquella vida.  Dedicó especial atención a aquella paciente. Después de una gran lucha por la vida de la enferma, se ganó la batalla.

El Dr. Kelly pidió a la administración del hospital que le enviara la factura total de los gastos. El la pagó, después le escribió algo y mandó que se lo entregaran a la paciente.

Ella tenía miedo de abrir el papel, porque sabía que tendría el resto de su vida para pagar todos los gastos.

Finalmente abrió la factura, algo le llamó la atención, decía lo siguiente: “Totalmente pagado hace muchos años con un vaso de leche.: Dr.Howard Kelly.”

Lágrimas de alegría corrieron por los ojos de la mujer y su corazón feliz rezó:

“Gracias Dios porque tu amor se manifiesta en las manos y en los corazones humanos.”

Estás de Mal Humor?

 Si Tienes problema…

¡Míralos a ellos!

Si te quejas de tu trabajo… ¿Qué de ella?

Si tu salario es muy bajo…¿Qué de el?

Si no tienes muchos amigos… ¡Piensa en Él!

Si crees que el estudio es muy duro…
¿Qué de esta niña?

Si quieres darte por vencido…
¡Piensa en este hombre!

Si piensas que tu vida es muy dura…
¿Luchas tan duro como él?

Si te quejas de tu sistema de transporte
¡Míralos a ellos!

Si tu sistema social es injusto …
¿Qué del  de ella?

pphumor29¿De qué te sirvió estar malhumorado hoy?

¿Tu mal genio te evitó algún problema?
¿Abarcaste más terreno de lo que acostumbras,
por llevar de compañero el mal genio?

Si no…

…¿cuál es la finalidad del mal humor o estar fruncido, si esto no ayuda a suavizar el camino, o es capaz de cubrir un problema desalentador?
Si no te ayuda, ¡no vale la pena!
Tu trabajo puede ser duro… sólo hazlo…

¡y sonríe!

Cuando le has dado gracias a Dios por cada una de tus bendiciones,
¿Qué tiempo queda para murmurar y lamentarse?

Si no estás agradecido por lo que recibes,
¡debes estarlo por las cosas de las que te libras!

sábado, 18 de junio de 2016

No te apegues al ayer



La vida me ha enseñado que para seguir adelante, avanzar y no quedar estancados, es necesario no tener miedo a lo que hemos dejado atrás.

Los recuerdos siempre estarán en nuestra mente y corazón, queriendo salir hacia afuera, no hay que temer llorar y mostrar nuestras debilidades, al contrario, debemos dejar nuestros sentimientos y nuestro pasado libre, para que pueda volar bien lejos.

Deja tus recuerdos del ayer salir, recuerda cada tiempo como si hoy, que ya has madurado, lo estuvieses viviendo nuevamente.

Permite al ayer entrar a tu vida, será la mejor manera de recordar, no trates de tapar esos recuerdos, añora todo lo que viviste en ese tiempo, piensa en todas las etapas que estaban contigo, recuerda cada espacio, cada silencio cada nombre…

Cuando estés en tu propio silencio recordando, respira y relájate, hazlo y ve soltando todo el peso que llevas encima. Muchas veces nos apegamos tanto a los recuerdos que hasta nos cuesta seguir adelante, todo se hace tan pesado como si caminásemos hacia una colina que no la alcanzamos jamás.

Pero mírate al espejo por un momento y piensa en lo bueno que te ha dejado el ayer, rescata esas buenas experiencias para que puedas usarlas en tu vida actual, confía en ti. Utiliza esas experiencias adquiridas para cuando sientas que sólo vas cuesta arriba y nada parece tener un final. Detente y vuelve a respirar, busca sentir paz en tu interior.
Aprende a soltar.

Mira afuera, todo el mundo, el universo, y todo lo tienes ante tus ojos es tuyo; todo está en tu mente; piensa en forma positiva, verás que tus días van mejorando y llegará hasta ti un rayo de luz que te servirá de guía en tus tiempos de oscuridad.

Mira afuera, todo el mundo, el universo, y todo lo tienes ante tus ojos es tuyo; todo está en tu mente; piensa en forma positiva, verás que tus días van mejorando y llegará hasta ti un rayo de luz que te servirá de guía en tus tiempos de oscuridad.

Nunca dejes de avanzar, aun con todos los recuerdos del ayer y todo el sufrimiento de lo que supuso "tu ayer". Nadie puede cambiar el pasado, porque ya se fue, pero queda en ti el reparar lo malo y rescatar las cosas buenas; lo seres humanos somos personas muy complejas y cada cual es un mundo, tratamos de vivir en el presente pero siempre estamos recordando el ayer.


Tú eliges estar triste o vivir con alegría



A veces la vida es dura, pero si la sentimos cruel quizás debiéramos mirar nuestro interior. Tenemos sobrada capacidad para ser fuertes, reponernos y decidir ser felices a pesar de todo.

Yo decido ser feliz,
tú también puedes hacerlo.
Piensa que lo único que NADIE te puede quitar es la libertad de tus pensamientos y sentimientos. Te pueden controlar todo, menos tu manera de pensar o de ver las cosas.

Eso es algo que sólo te pertenece a ti.
En ti está el poder elegir como quieres estar.
Es necesario enfrentarse a los miedos, con una realidad que muchas veces no tiene nada de bonito, pero al hacerlo eso nos ayuda a definir cual será la respuesta que demos antes la situación.


Sólo tú sabes cual será la respuesta a todos tus miedos. Pero hay algo que está a tu favor: que TODO depende de ti, tú sabes como resolver la situación, sólo tú.

En la vida se pasa por muchas situaciones de dolor, de buenas y malas experiencias, ausencias de los que amamos y que hoy ya no están a nuestro lado. Muchas son las lágrimas que se derramaron o que aún brotan. Humillaciones y sufrimientos habremos pasado por la vida, pero a pesar de todo lo negro que sea vea el panorama, la DECISIÓN es tuya, puedes cambiar tu entorno y pintarlo con los colores que desees.

Date cuenta de que lo que te sucede no es lo que te afecta:
es el cómo reaccionas ante esas situaciones.

Durante los próximos días ten esto en tu mente, y repítete ante el espejo que sólo DEPENDE de ti decidir cómo sentirte, porque cuando tienes la capacidad de ELEGIR, también puedes enfrentar tus problemas. Dentro de ti están las soluciones.

DECIDE ser feliz, te lo mereces, no dejes que nadie te robe tus sueños y felicidad. Sólo tú puedes escoger como será tu vida. Te pueden ayudar, pero TÚ DIRIGE TU PROPIA VIDA.

La felicidad está dentro de ti.
Tienes capacidad de ELEGIR.

Alguien como tú es capaz de esto
y mucho más...
SÉ FELIZ.

No guardes nada para una ocasión especial: cada día que vives es una ocasión especial.




Un amigo abrió el cajón de la cómoda de su esposa y sacó un pequeño paquete envuelto en papel de seda que decía:
“Esto no es un simple paquete, es preciosa lencería”.
Tiró el papel que lo envolvía y observó la exquisita seda y el encaje. Ella lo había comprado hace 9 años en un viaje especial que realizaron juntos. Nunca llegó a usar la lencería.
Lo estaba guardando para una “ocasión especial”.

“Bueno” –pensó– “entonces, creo que esta es la ocasión”. Se acercó a la cama y colocó la prenda junto con las demás ropas que iba a llevar a la funeraria. Su esposa acababa de morir. Y volviéndose hacia mí, me dijo: “No guardes nada para una ocasión especial: cada día que vives es una ocasión especial”.


Y hoy en día sigo pensando en esas palabras:
han cambiado mi vida.

Ahora leo más y limpio menos.
Ahora me siento en la terraza y admiro la vista sin fijarme en las malas hierbas del jardín.
Paso más tiempo con mi familia y amigos y menos tiempo en el trabajo.
Quiero experiencias para disfrutar, no para sobrevivir.
Ya no guardo nada. Uso mis copas de cristal todos los días.
Me pongo mi abrigo nuevo para ir al supermercado, si así lo decido y me da la gana.
Ya no guardo mi mejor perfume para las fiestas especiales, lo uso cada vez que me apetece hacerlo.
Las frases “algún día…” y “uno de estos días”,
están desapareciendo de mi vocabulario.

Cosas a considerar cuando todo va bien:




a considerar cuando todo va bien:Reflexión para no olvidar a los amigos, ni tan siquiera cuando las cosas mejor nos van.

Piensa que la vida es una rueda, da muchas vuelta y tan pronto estamos arriba como lo estamos abajo. Siempre será bueno tener unos brazos fuertes que estén dispuestos a ayudarnos cuando las cosas de la vida nos van mal.

Puede que hoy la felicidad esté en tu puerta, pero no debes ignorar que la tristeza siempre está a la espera.

Es bueno cuidar de los nuestros; ni en los mejores momentos debemos alejarnos de nuestros amigos y familiares, pues seguro que los necesitaremos alguna vez.

Un buen amigo es mejor que un buen amor pues un amigo estará para ti cuando el amor se vaya de tu vida.

Nunca es malo enamorarse, al contrario. Pero recuerda que hay que aprender a amar respetando los espacios para que esa felicidad que hoy vives permanezca contigo.

Y sobretodo cuida tu corazón, no se lo des a cualquiera. Busca siempre un amor paciente y evita el amor prohibido, pues sólo te traerá lagrimas y sus alegrías duran muy poco.

¿Por que lloras mamá?




¿Por que lloras mamá? le pregunto un niñito a su madre. Porque soy mujer, le contesto la mujer. Pero yo no entiendo. Su madre se inclino hacia el y abrazándolo le dijo, Y nunca lo entenderás. Más tarde el niñito le pregunto a su padre: ¿Por qué mamá llora a veces sin ninguna razón? Todas las mujeres lloran siempre sin ninguna razón. Era todo lo que el padre le podía contestar. El pequeño niño creció y se convirtió en todo un hombre preguntándose todavía por qué era que las mujeres lloraban. Un día el niño convertido en hombre se arrodillo y le pregunto a Dios: ¿Por qué lloran tan fácilmente las mujeres? y Dios le dijo: Cuando hice a la mujer tenia que ser algo especial. Hice sus hombros suficientemente fuertes como para cargar el peso del mundo entero, pero a su vez, lo suficientemente suave para confortar a quién lo necesite. Le di una inmensa fuerza interior para que pudiera soportar el dolor de dar a luz y hasta el rechazo que muchas veces proviene de sus propios hijos. Le di una dureza que le permite seguir adelante y cuidar a su familia, a pesar de las enfermedades y la fatiga, y sin quejarse aun cuando otros se rinden. Le di la sensibilidad para amar a un niño bajo cualquier circunstancia, aún cuando su niño la haya lastimado mucho. Esa misma sensibilidad que hace que cualquier tristeza, llanto o dolor del niño desaparezca y que le hace compartir las ansiedades y miedos de la adolescencia, e incluso de la edad madura. Le di sabiduría para saber que un buen esposo nunca lastimaría a su esposa y a veces le pongo pruebas para medir su fuerza y su determinación para mantenerse a su lado, a pesar de todo. Le di lágrimas de las reales que brotan de ella exclusivamente cuando su ser necesita expresarse más allá de las palabras. Esa es su única debilidad… lagrimas que piden perdón por los errores y la dureza del corazón de la humanidad.

Le doy gracias a Dios por haber creado a la mujer.